Tráiganme mi último cigarrillo / Es mucho mejor morir en sus brazos que perdurar en una vida de arrepentimiento
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Imagina que hoy es 2 de junio, pero del 2017: Roger Waters publica su cuarto álbum en solitario: Is This the Life We Really Want?
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Es su primer álbum de estudio luego de 25 años.
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No se puede negar que contiene una serie de recordatorios de algunos grandes momentos de Pink Floyd: partes cortas que parecen provenir de ‘Wish You Were Here’ y ‘Animals’, acordes de guitarra que se acercan a una mezcla de ‘Pigs on the Wing’ del clásico ‘Animals’ y también de ‘Mother’ de ‘The Wall’.
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El tic tac de un reloj y la superposición de voces de ‘When You Were Young’ cumple la misma función de prólogo que ‘Speak to Me’ en The Dark Side of the moon.
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Los temas a tratar son los recurrentes en Waters: la guerra, el capitalismo y la codicia, como hilos narrativos.
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La canción ‘The Last Refugee’ revisita el clima de ‘Us and Them’ para centrarse en la historia de Alan Kurdi, el niño sirio que fue encontrado ahogado en la costa de Turquía después de que naufragase la embarcación en la que huía de su país junto a su padre.
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Gran parte de los arreglos fueron responsabilidad del productor Nigel Timothy Godrich, quien se hiciera famoso por su extenso trabajo con el grupo Radiohead. Godrich no sólo aporta en la producción, sino también en guitarra, teclados, collages de sonido y mezcla.
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En este álbum no hay NINGÚN solo de guitarra. Por lo tanto no se busca emular los aportes irremplazables de Gilmour (a diferencia de los trabajos anteriores de Waters: Eric Clapton en «The Pros and Cons of Hitch Hiking» y Jeff Beck en «Amused To Death»).
