Un día como hoy, 20 de Enero, pero de 1968: ocurre el último concierto de Pink Floyd con Syd Barrett. Se realizó en el muelle de Hastings, Sussex, UK. También es el último de la banda como un quinteto, incluyendo a David Gilmour.
Comentarios de algunos asistentes:
Clive Millard: «yo era miembro de la banda de apoyo… mis pensamientos me llevan a estar de nuevo sentado con los técnicos de los Pink Floyd usando proyectores anticuados con dos piezas de vidrio agregando colores de pintura, luego proyectándolo sobre sábanas blancas que cubren amplificadores. Pura magia».
Raymond Badgery: «Nosotros, mi novia y yo, vivíamos en el sur de Londres en ese momento y solíamos ir al club Witch Doctor en St Leonards la mayoría de los sábados para bailar. Pues ese sábado el club estaba cerrado, sorpresa, ¿cómo?, ¡no!, ¿por qué? Pero la nota en la puerta decía: ¡Club cerrado y he ido al muelle a ver a Pink Floyd! Así que pensamos: ¿por qué no? Fue barato y una gran noche».
Entre esas fechas la salud mental de Syd empeoró al punto de influir en sus composiciones para la banda, cada vez más abstractas y complicadas de ejecutar. Los cambios de métrica y de melodía de las nuevas ‘composiciones’ denotaban una sensación de incoherencia a tal punto de que el mismo Roger Waters confesaría que, en algún ensayo, abandonó el estudio porque no tenía intención de volver a tocar con Barrett.
Días después, poco antes de un evento en el puerto de Southampton, la banda va en camino a recoger a Syd y alguien preguntó: ‘¿Recogemos a Syd?’. La respuesta fue tan inmediata como drástica: ‘A la mierda, no tiene sentido’. Sin embargo, se le permitiría participar en las sesiones de grabación del segundo LP de la banda, titulado «A Saucerful Of Secrets».
