a icónica carátula:
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Roger Waters estaba buscando ideas para la portada del álbum. Hipgnosis, el estudio gráfico con el que había trabajado con la banda en las portadas de los discos anteriores, sugirió al menos 2 diseños (uno de ellos la imagen de un niño descubriendo a sus padres teniendo relaciones sexuales como «animales», otra con unos patos clavados desangrándose contra un muro), ninguna de esas ideas fueron aprobadas por la banda y finalmente sería el mismo Roger Waters quien idearía el diseño definitivo.
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En ese entonces, Waters vivía en Clapham Common, Londres, y a menudo pasaba por la Battersea Power Station, una central termoeléctrica que en aquella época estaba a punto de terminar su vida útil. Waters se impresionaba por la forma de aquel edificio, el cual imaginaba como un gran animal volteado y las 4 chimeneas eran sus 4 patas (recordemos que Waters tiene estudios de arquitectura).
